El fantasma del instituto
Esta leyenda arranca en el aula de un instituto o de una universidad o de algún centro de enseñanza del que se desconoce siempre el nombre. Le ocurre a un estudiante algo despistado que necesita perentoriamente que alguien le preste los apuntes de los días anteriores, en los que ha faltado a clase y que son tema del próximo examen. Decide aprovechar la ocasión y pedírselos a una chica nueva que ha visto en el aula esa misma mañana y así de paso intentar ligársela. La muchacha amablemente pero sin entablar conversación le presta sus apuntes. Al día siguiente y después de haber hecho fotocopias, el estudiante despistado busca a la chica para devolvérselos pero ni ese día ni los siguientes la encuentra. Pregunta a compañeros del instituto pero nadie saber darle razón de ella. Cansado de tanto misterio se dirige a la secretaría del instituto y le pregunta a la mujer encargada de administración si hay alguna forma de averiguar la identidad de la muchacha, y aquella le autoriza para que intente buscar en el archivo de fichas académicas de los alumnos. Después de estar varias horas investigando encuentra una antigua ficha con la foto de la chica en el que ha sido estampado con un sello de grandes letras rojas: BAJA POR FALLECIMIENTO. En los datos personales no aparece ni nombre ni dirección, solamente observa un número de teléfono escrito a lápiz y una fecha (la fecha suele coincidir con el día en que el estudiante conoce a la chica pero unos cuantos años atrás). Horrorizado por lo que acaba de ver se dirige a la secretaria y le pregunta sobre la chica. Esta le comenta que efectivamente la alumna de la foto no puede ser la chica que esta buscando porque murió hace algunos años en un terrible accidente de tráfico. Seguidamente apunta en un papel el número de teléfono y se marcha a su casa. Después de pensárselo muchas veces decide marcar el número de teléfono y saciar su curiosidad, unos cuantos tonos después...... alguien descuelga el aparato. Es ella. Reconoce su voz al instante. Intentando reponerse de la sorpresa el muchacho le comenta que la ha estado buscando para devolverle los apuntes y ella le contesta que ya no los necesita, que ha abandonado el instituto. Por último, y primando antes la curiosidad sobre el miedo que siente le hace la pregunta clave. ¿E..es... cier.....cierto que.... estas muerta? De la garganta de la chica surge una terrorífica carcajada. La leyenda acaba en este punto con la contestación afirmativa y gutural de la muchacha y el corte de la línea telefónica.
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Historias reales
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